Promoción y diagnosis de la madera en construcción: el Casal Solleric y el Palau Balmes

El Ayuntamiento de Palma de Mallorca adquirió el Casal Solleric en 1975, y diez años después se inauguró como centro de exposiciones.

Con el propósito de conservar el patrimonio histórico balear, el consistorio palmesano encargó al Instituto Tecnológico Metalmecánico, Mueble, Madera, Embalaje y Afines, AIDIMME, una asesoría tecnológica para el análisis de las estructuras de madera de este emblemático edificio.

El estudio solicitado contiene un análisis visual e instrumental con técnicas no destructivas de las zonas con mayor riesgo de sufrir degradaciones bióticas, y la clasificación estructural de las estancias de todas las plantas del inmueble, que también se realizaron mediante técnicas no destructivas de la madera.

Los resultados obtenidos muestran que la madera estructural del inmueble se encuentra en estado de conservación adecuado.

Los análisis han determinado así, de forma fiable e independiente, el estado de la estructura horizontal para el cumplimiento de la normativa actual de edificación vigente desde 2006 del Código Técnico de la Edificación.

El Casal Solleric, que recibe su nombre del Marqués de Solleric al que perteneció, es uno de los escasos ejemplos que aún perduran de palacio de nueva planta de la segunda mitad del siglo XVIII, de estilo Rococó, si bien presenta ya claros elementos del neoclasicismo.

Según diversas fuentes, el arquitecto mallorquín Gaspar Palmer confeccionó los planos del inmueble, y el escultor italiano Antonio Soldatti se encargó de los elementos ornamentales.

En el edificio se destaca lo siguiente: el patio, extenso y con grandes arcos rebajados, la galería de la primera planta del patio, la escalera imperial y la galería de cinco arcos que se encuentra en la fachada del Born.

Promoción de la madera en construcción

El Instituto Tecnológico AIDIMME ha rodado imágenes en el emblemático Palau de Balmes de Valencia para una pieza informativa realizada por la productora iMediaTRES dentro del proyecto que impulsa la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidat Valenciana, RedIT.

La iniciativa consiste en difundir el trabajo que realizan los centros tecnológicos de la Comunitat con un formato “telediario” y periodicidad mensual. Actualmente se trabaja en la edición del número piloto de esta propuesta.

Durante la grabación del proceso de diagnosis del estado de la madera estructural.

AIDIMME ha elegido la diagnosis y análisis de la madera en construcción para potenciar su uso como materia prima de primer orden en edificación, y como referencia de las tecnologías y ensayos que propone la entidad al servicio de las empresas y la sociedad enmarcadas en las líneas de investigación y desarrollo del Centro Tecnológico, con la economía circular como premisa.

Este trabajo es fundamental para los estudios de patologías de estructuras de madera, y permite realizar un análisis preventivo de los riesgos de degradación que pueden afectar significativamente al patrimonio histórico-artístico.

AIDIMME es especialista es este tipo de asesorías que ha realizado a cerca de medio millar de edificaciones y estructuras de madera en Europa.

AIDIMME participa en diversos proyectos de investigación sobre preservación de patrimonio y su integración con las nuevas tecnologías. De hecho, el Instituto ha desarrollado un dispositivo de detección y control de riesgo por pudrición de la madera y ataque de insectos xilófagos. El sistema funciona como una central de alarma que monitoriza mediante sensores inteligentes la estructura a vigilar de manera permanente.

“Confraria e ofici dels fusters”

Durante la Edad Media, los artesanos de la madera fueron agentes sociales muy importantes por la utilización de esta materia prima para la construcción de las casas, embarcaciones, herramientas y la gran mayoría de recipientes y objetos de uso cotidiano.

En Valencia, el río Túria representaba una vía directa de llegada de madera desde las serranías de Cuenca, Teruel o Ademuz y, tras la conquista cristiana del antiguo Reino, se crea uno de los primeros gremios de carpinteros.

De hecho, el 17 de enero de 1.242, el Llibre del Repartiment ya asigna al maestro carpintero Guillem Francolí dos talleres delante de la Iglesia de San Martín de Valencia, parroquia donde se instalan obradores de otros artesanos de la madera y se convierte en sede gremial hasta 1.479, cuando los propios artesanos valencianos de la madera levantan el Palau de Balmes para las reuniones de la “Confraria e ofici dels fusters”, según relata el Ayuntamiento de Valencia.

Tras los años ha sido sede de la Asociación Valenciana de Empresarios de Carpintería y Afines, ASEMAD, y actualmente se destina a la celebración de actividades culturales y eventos, públicos y privados.

 

Para más información contacte con AIDIMME.

 

 

 

Redacción

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