LEJÍA, desinfectante autorizado y homologado
En estos momentos en que es primordial mantener unos niveles óptimos de limpieza y desinfección, se hacen imprescindibles los productos de limpieza e higiene, tanto de uso doméstico como industrial, y se hace más acuciante la importancia de cumplir las diversas reglamentaciones de manipulación y transporte tanto en el ámbito nacional como internacional.
La lejía cobra un papel fundamental en esta lucha contra el coronavirus, ya que existe la recomendación por parte del Ministerio de Sanidad de desinfectar las superficies para detener la transmisión del virus entre personas, y la limpieza diaria se considera esencial en la eliminación de la carga viral que puedan contener las vías públicas de los municipios. Como desinfectante autorizado el Ministerio incluye la lejía (Listado de virucidas autorizados en España para uso ambiental (PT2), industrial alimentaria (PT4) e higiene humana (PT1) que recoge un listado de productos virucidas autorizados y registrados en España que han demostrado eficacia frente a virus atendiendo a la norma UNE-EN 14476, haciendo especial mención a desinfectar con lejía en la guía del Ministerio de Sanidad de Medidas higiénicas para la prevención de contagios del Covid-19 donde se detallan las medidas higiénicas a tomar en domicilios, zonas comunes, lugares de pública concurrencia, y el Procedimiento de Limpieza viaria ante la pandemia de coronavirus.
Hipoclorito de sodio
El hipoclorito de sodio NaClO en solución acuosa, es un compuesto químico oxidante fuerte y de bajo precio que se utiliza de forma universal como antiséptico. Diferentes concentraciones se utilizan en la potabilización y tratamiento del agua, piscinas, depuradoras de aguas residuales, y como desinfectante doméstico. Su consumo se ha multiplicado durante la crisis sanitaria que estamos viviendo.
La Unidad Militar de Emergencias UME ha seguido un protocolo en la desinfección de los espacios públicos, parques viales y zonas comunes en el que se utiliza para la desinfección principalmente mochilas difusoras con hipoclorito al 0,5% el cual se distribuye de manera homogénea por todo el área a desinfectar.
Se diferencia el uso doméstico de este hipoclorito sódico en solución de otros usos de tipo industrial, así pues podemos definir la lejía de uso doméstico por su contenido en cloro, que debe estar comprendido entre los 35 y los 100 gramos por litro.
Lejía transportada
Si siempre se ha debido realizar el transporte y envío de lejía de manera segura, es vital en estos momentos debido a que su consumo ha aumentado exponencialmente, y por tanto cobra mayor relevancia que los envases de lejía estén homologados por un laboratorio acreditado oficialmente, que asegure que los envases y embalajes utilizados cumplen las especificaciones técnicas reglamentarias.
El transporte de lejías concentradas deben de cumplir la reglamentación de transporte de mercancías peligrosas (ADR, RID, IMDG, OACI-IATA)
Para uso doméstico se debe cumplir lo indicado en la Reglamentación técnico-sanitaria de Lejías, (apartado 2 del anejo ll del Real Decreto 3360/1983).
La Orden de 11 de diciembre de 1984 sobre homologación de los prototipos de envases de lejía del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, exige que para otorgar tal homologación con carácter definitivo se aporte la certificación de un “laboratorio oficialmente acreditado”, en la que conste que los citados prototipos cumplen las especificaciones técnicas indicadas en la Reglamentación técnico-sanitaria de Lejías indicada.
Los ensayos se realizan según el RD 3360/1983 Anexo II y Orden del 23 de diciembre de 1985, y las normas UNE-EN ISO 2234:2003 y UNE-EN 22248:1994. Los ensayos a realizar para homologar los envases de lejía son:
Previo a los ensayos se realiza un acondicionamiento de los envases a una temperatura de 23 ±2 °C durante dos horas.
- Ensayo de caída. Se deja caer libremente un envase lleno sobre una superficie rígida, uniforme, lisa, plana y horizontal; desde una altura de 1 metro o 1,5 metros (según la capacidad del envase) y en dos posiciones: verticalmente siguiendo una perpendicular a la superficie de choque coincidente con su eje longitudinal y produciéndose el impacto sobre su base, y horizontalmente, produciéndose el impacto sobre un lateral de su cuerpo.
- Ensayo de resistencia a la sobrepresión externa. Los envases llenos deben resistir una sobrepresión externa de 127,14 kPa. Se calcula la fuerza mínima equivalente a esta sobrepresión para cada envase y se va ejerciendo fuerza gradualmente sobre el envase tumbado para ver si la supera sin deformación que ponga en peligro la seguridad del envase ni pérdidas de contenido.
- Resistencia a la compresión. Se disponen los envases de lejías dentro de su embalaje (caja, bandeja de cartón…) como si fueran a ir destinados a expedición y se somete el embalaje a una fuerza aplicada en su superficie superior, equivalente a la masa total de los bultos idénticos para a dos metros de altura de apilado de embalajes de su mismo tamaño y capacidad durante 24 horas.
- Ensayo de estanquidad. Se colocan los envases a ensayar en posición invertida, apoyándose sobre el cierre durante dos horas, al cabo de las cuales no deben haberse producido pérdida ni derrame del líquido, repitiéndose dos veces en cada envase, abriendo y volviendo a cerrar el envase cada vez.
El Laboratorio de Mercancías Peligrosas de AIDIMME está acreditado por ENAC (Entidad Nacional de Acreditación) para realizar este tipo de ensayos.
Para más información contacte con AIDIMME.
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