Platos de ducha…, ¿antimicrobianos?
En el mercado actual nos podemos encontrar con multitud de platos de duchas, de distintos diseños, acabados y materiales. Cada uno de ellos se caracteriza por presentar una serie de propiedades que los diferencian unos de otros, lo que se traduce en diferencias de prestaciones, precios, durabilidad, etc.
Actualmente destacan tres tipos de clases de platos de ducha: los porcelánicos, los poliméricos que se presentan, la mayoría, en forma de superficie sólida de naturaleza poliéster o acrílica adicionados con cargas, como puede ser el hidróxido de aluminio o trihidrato de alúmina (ATH), y la piedra aglomerada, mezcla de cargas minerales, especialmente el cuarzo y similares, con una resina, generalmente de poliéster.
Independientemente del material, las superficies de los platos deben presentar una serie de propiedades que los haga adecuados para el uso al que están destinados, desde buenas resistencias mecánicas y químicas, a una fácil lavabilidad y baja resbaladicidad.
En ocasiones, incluso los de superficie sólida que no deberían llevar una piel o recubrimiento, pueden presentar diferentes acabados superficiales, entre los que se encuentran los barnices epoxi o de poliuretano y el gel coat.
A todos estos acabados, así como a las superficies de los materiales del plato si se presentan sin acabado, se les exige que cumplan una serie de propiedades fundamentales para su uso como son el grado de resbaladicidad, resistencia al rayado y/o al manchado, fácil limpieza, entre otros.
Entre estas propiedades, la resistencia al desarrollo de bacterias y hongos es una de las características de las que se hace mayor publicidad, dada la importancia que tiene para la higiene en una ambiente como el del cuarto de baño, sin embargo, nuestra experiencia nos advierte que en numerosas ocasiones no se cumple.
Esta falta de correspondencia entre lo que se publicita y entre lo que realmente se demuestra puede deberse a numerosos factores, como puede ser formulaciones incorrectas del fabricante de los recubrimientos, al grosor de la capa aplicada, incorrecto sistema de aplicación, porosidad del mismo, todo ello relacionado con el hecho de que no se han realizado los ensayos pertinentes de resistencia al crecimiento y desarrollo de este tipo de microorganismos.
El desarrollo de este tipo de microorganismos puede derivar en la aparición de manchas y de malos olores en el tiempo, lo que disminuye la vida útil y garantía del plato de ducha, así como la falta de higiene que de ello se deriva. Además, su aparición obliga al usuario al empleo de productos de limpieza que pueden llegar a ser agresivos con la superficie.
Desde AIDIMME ofrecemos todo un abanico de ensayos de caracterización antimicrobiana de los recubrimientos y de superficies siguiendo la normativa nacional e internacional vigente. Estos ensayos es aplican, tanto a superficies de platos de ducha, como a encimeras y lavabos.
El cliente, con los resultados de los ensayos en mano, podrá mejorar su producto o certificar que el mismo presenta unas buenas prestaciones antimicrobianas, aportando así un valor añadido a su producto, que lo diferenciará del resto de fabricantes del mercado.
Para más información, contacte con AIDIMME.
